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domingo, 6 de abril de 2008

Módulo 3. Enfoques de Diseño Instruccional para el Aprendizaje Basado en Tecnología.

Capítulo 13. Evaluación del aprendizaje: prácticas y usos de los recursos tecnológicos.
¿Cómo se evalúa el aprendizaje en medios de educación a distancia?
Valenzuela (cit. en Lozano 2007) nos habla de la crisis de confianza que existe en la sociedad en general respecto a la expedición de certificados a quienes están inscritos en algún programa educativo, hace especial énfasis en el estigma que la educación virtual tiene a este respecto. En su concepción no podemos ver el uso de la tecnología como “una solución mágica a los problemas de las prácticas de evaluación del aprendizaje” (p. 379) en la educación a distancia. Este mismo autor describe siete prácticas de evaluación utilizadas en esta modalidad:
Aplicar exámenes en forma presencial, aplicar exámenes en forma virtual, asignar trabajos, evaluar el desempeño, evaluar el desempeño a través de medios sincrónicos de comunicación, dejar que los alumnos se autoevalúen, y dejar que los alumnos coevalúen.
El autor señala que la evaluación tiene dos perspectivas: institucional y docente y que es necesario no perder de vista la necesidad de evaluar el sistema de evaluación.
El autor concluye que “son más los alumnos que merecen la confianza, que aquellos que la defraudan” (p.413)
Capítulo 14. Prácticas de tutoría en educación a distancia.
¿Cuál es el rol de un profesor tutor en ambientes virtuales de aprendizaje?
En opinión de Lozano (cit. en Lozano 2007) la función principal es “atender, dar seguimiento y retroalimentar los avances en el proceso de aprendizaje de sus alumnos” (p.423); lograr empatía y cercanía psicológica mediante una comunicación escrita constante, cálida y personalizada que además apoye en disminuir y eliminar ansiedad o preocupación por alguna tarea asignada que no ha sido comprendida aún. Se espera que el tutor esté dispuesto a compartir sus conocimientos, experiencias, que motive, que sepa administrar muy bien su tiempo para atender a los comentarios de sus alumnos y que promueva discusiones constructivas entre los participantes.
Lozano explica que el tutor como instructor puede jugar varios roles: guía, moderador (facilitador) o monitor. Como comunicador sus habilidades para comunicarse por escrito deben ser incuestionables; así mismo esta autora argumenta que el papel como moderador de grupos de discusión “el tutor puede guiar o dirigir la discusión, permanecer como observador o participar sólo en los caso en que los alumnos pregunten o soliciten retroalimentación específica” (p.440)

CAPÍTULO 3. El rol de los medios y de la tecnología en educación.
La relación entre la tecnología y la enseñanza.
Bates (2003) piensa que el conocimiento lo construimos cuando sabemos acerca de un mismo fenómenos de distintas formas y cada una de ellas aporta una forma sutilmente distinta de aprendizaje apoyando el mejor entendimiento. Explica este autor que una forma de aprendizaje no es necesariamente mejor que otra, sino simplemente distinta y por ello la pregunta conveniente es ¿en qué contexto y para qué propósitos el uso de una tecnología es mejor?
Para Bates (2003) el valor de multimedia radia en que ésta permite representar el conocimiento de formas variadas, en donde esta versatilidad propicia mejores niveles de entendimiento. Finalmente, el autor concluye en que la pregunta que habremos de plantearnos es: ¿Qué tipos de aprendizajes pueden los distintos medios facilitar, y bajo qué condiciones?
Reconoce que la tecnología no reemplaza la necesidad de profesores ni reduce la interacción entre los estudiantes y que habrá muchas situaciones en las que la tecnología no pueda reemplazar de manera adecuada el contacto personal. Para él, el reto implica identificar bajo qué condiciones la enseñanza presencial es esencial y bajo qué condiciones la enseñanza tradicional puede lograr su función tan bien o mejor mediante el uso de la tecnología.
CAPÍTULO 4. Un marco para la selección y uso de Tecnología.
Bates (2003) desarrolló un modelo al que llamó ACTIONS. Consiste en una serie de preguntas que el autor considera todos los instructores a distancia se deben plantear al momento de seleccionar medios y tecnología específicos para un curso; sin embargo reconoce que las respuestas pueden variar dependiendo del contexto. Desarrolló un modelo remedial porque se piensa que es necesario considerar aspectos que tienen que ver con la diferencia en el estilo de aprendizaje de los participantes, así como aspectos de facilidad de uso de la tecnología, mantenimiento y confiabilidad.
Por esta razón se desarrolló el modelo SECTIONS. Este modelo contempla: S(Estudiantes), E(Facilidad de uso y confiabilidad), C(Costos); T(Enseñanza - Aprendizaje), I(Interactividad), O(Aspectos de organización), N(Novedad), S(Velocidad).
Este mismo autor, señala que hay niveles de toma de decisión. Agrega que independientemente del modelo que se utilice, quienes están involucrados en el diseño del curso y toman decisiones deben tener un modelo téorico o un marco de referencia que funja como guía para la selección de medios y tecnología y que no se puede perder de vista que la propuesta del modelo para tomar decisiones no es mecánica ni pretende ser científica, sino que habrá que considerar una serie de factores dependiendo del contexto específico de los interesados.
CAPÍTULO 9. Apoyo al aprendizaje basado en tecnología.
Organizando la enseñanza en línea.
Bates (2003) reconoce que hay distintas formas en que la enseñanza basada en tecnología puede ser entregada. Menciona por ejemplo que los estudiantes pueden llevar sus propias computadoras a clase, otros pueden parcialmente utilizar las computadoras de los laboratorios de la escuela o utilizar sus asistentes digitales personales. De cualquier forma, él considera importante que los estudiantes conozcan con claridad lo que se espera de ellos tanto en términos de equipo y uso de software como en términos académicos. Así mismo señala que una preocupación de los profesores es si los alumnos recibirán la misma calidad de servicio en un modelo presencial que en uno en línea. El autor considera que sí es posible pero sugiere que se preste especial atención a la enseñanza en línea.
Dentro de los aspectos a considerar en la organización de la enseñanza, menciona:
Configuración de la clase, decidir qué parte del material del sitio será abierto o protegido por contraseña, el número de alumnos que idealmente un profesor puede atender, la orientación al estudiante, guías de comportamiento y etiqueta, y la selección del software para discusión.
Enseñando en línea.
Bates (2003) opina que el sólo hecho de poner los materiales en línea para su discusión no necesariamente conducen al aprendizaje. Se piensa entonces que el rol del profesor como moderador en las discusiones en línea es crítico.
Al enseñar en línea Bates (2003) señala los siguientes aspectos: Asesoría al alumno y ayuda vía correo electrónico, definición de objetivos de las discusiones en línea, selección de los tópicos de discusión, el rol del profesor, el rol del estudiante, estrategias para motivar la participación, aspectos culturales, tomar la decisión de calificar o no las aportaciones en línea, la deshonestidad académica y la relación entre el profesor, los estudiantes y el conocimiento.

Referencias:Bates, A.W. and Poole, G (2003). Effective Teaching with Technology in Higher Education. San Francisco: Jossey-Bass.Lozano, A. y Burgos, V. (2007). Tecnología Educativa en un Modelo de Educación a Distancia centrado en la persona. México, D.F.: Limusa

2 comentarios:

Claudia Verónica Chávez Corona dijo...

Comentarios personales: Creo que como profesores tenemos la oportunidad de comenzar a fomentar la cultura de la evaluación como un medio de crecimiento personal y no como “el mal necesario” a través del cual se toman decisiones como la asignación de una beca o estímulos. También podemos modificar y diversificar nuestra forma de armar los portafolios de evidencia de nuestros estudiantes de tal forma que no se piense que el examen es la única forma de asignar una puntuación a un alumno y poner especial cuidado en la retroalimentación que reciban de nosotros de tal forma que apoyemos esa nueva concepción de la evaluación.
Respecto al rol del tutor sin desconocer la importancia de todo lo que hace, creo que es esencial que éste haga énfasis en su labor de acompañamiento del alumno sobre todo cuando el modelo en línea es la primer experiencia.
Es indudable que nuestro quehacer docente puede mejorar al proporcionar a los estudiantes ambientes ricos en el uso de medios sin olvidar que esto requiere de una preparación minuciosa que en primer término quizá requiera dedicar más tiempo. Leer a Bates me ha ayudado a comprender mejor el modelo bajo el que estoy cursando la maestría.

MTE. Leonardo Hernández Peña dijo...

Que copa Veronica!
En mi caso yo utilizo varios recursos para evaluar a los alumnos: tareas, exposiciones, proyectos, practicas y el examen mismo. Pero los alumnos piensan que lo más importante es el examen en sí, aún cuando éste tiene un porcentaje a veces inferior a los otros recursos.
Los alumnos debemos quitarnos la idea de importarnos más una calificación que el aprendizaje en sí mismo. Y lo generalizo porque todos pasamos por esa fase, donde solo queremos una calificación alta a como de lugar.
Aunque lógico siempre habrá inconformidades, pero así es esto, sería muy aburrido si todo fuera fácil y en charola de plata.

Lecturas y opinión...

Síntesis de las lecturas

Bates & Poole (2003) nos explican que la tecnología de información y particularmente el uso de internet ha motivado un gran cambio en nuestra sociedad. Reconocen que el impacto en educación y entrenamiento ha sido tan grande como en cualquier otra área y que las habilidades para el uso efectivo de la tecnología se han incrementado en complejidad e importancia.
Para Fullan (2000) una de las preguntas fundamentales respecto al cambio educativo se refiere a “¿Cómo sabemos cuando éste vale la pena? Al respecto, Bates & Poole (2003) nos invitan a reflexionar en que incorporar la tecnología por sí misma no tiene sentido si el propósito de hacerlo no es fundamentalmente ponerla al servicio de las necesidades de nuestros alumnos a través de una teoría sólida que nos permita tomar la mejor decisión de cuándo y cómo incorporar la tecnología al proceso de enseñanza aprendizaje; y plantea que las interrogantes a formularnos no se refieren a si deberíamos de utilizar la tecnología sino en qué contextos y para qué propósitos resulta apropiada la tecnología para el aprendizaje y para la enseñanza. Enfatizan en que uno de los errores importantes en los que han incurrido muchas instituciones educativas se refiere a la configuración de una estructura organizacional sofisticada que brinde soporte a este nuevo modo de articular la enseñanza.
Exponen también que para algunos, el uso de la tecnología se vuelve una exigencia y que si no se incorpora se corre el riesgo de perder credibilidad o de ser considerados obsoletos; así mismo algunos maestros consideran que sus alumnos pueden poseer un mejor conocimiento del uso de la tecnología que ellos mismos y que particularmente se sienten inseguros de cómo lograr sus metas de enseñanza con el uso de la tecnología. Se reconoce que habrá ocasiones en las que la enseñanza basada en el uso de la tecnología no será la mejor manera de lograr los objetivos educativos claves.
Se considera que hay algunos elementos fundamentales para que la enseñanza con tecnología sea con calidad: Contenido, Planeación del curso, Diseño instruccional, Medios de producción, Soporte a la experiencia de aprendizaje, Administración del estudiante así como Evaluación y mantenimiento del curso.

Para Lozano & Burgos (2007) el uso de la tecnología en el ámbito educativo nos debe invitar a tener presente un fundamento pedagógico y andragógico de quien utiliza esta tecnología educativa: “la persona en sí misma” (p.10), reconociendo que tiene necesidades de flexibilidad de horario y lugar así como de poder compaginar una vida familiar, laboral y social que le permita continuar con su educación. En este sentido, señalan que “las nuevas tecnologías deben ofrecer posibilidades de aprendizaje superiores a las de antaño” (p.12)
Escamilla menciona que existen tres tipos de modelos educativos en los que ocurre la educación a distancia: el estudio independiente guiado, el aula remota y el modelo interactivo basado en TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación). Concluye que las TIC han puesto a la educación a distancia en la misma posición que la educación presencial a pesar de que la investigación en este modelo es aún incipiente, falta promover la acreditación de programas a distancia entre acreditadoras nacionales y aún no se ha desarrollado un verdadero lenguaje de este modelo.
Para Heredia y Romero, el modelo educativo centrado en la persona está constituido por el alumno en quien reconocen características cognitivas y psicosociales que los distinguen y que han de ser consideradas al diseñar quehaceres educativos; por profesores que evidencían sus características “en la forma en que diseñan, desarrollan, evalúan y facilitan el proceso de aprendizaje de los estudiantes” (p.58); por el contenido temático que influirá en la “forma del diseño instruccional del curso” (p.61); por el contexto institucional y sociodemográfico así como por un “marco filosófico sobre el hecho educativo” (p.66). Reconocen que desafortunadamente “no siempre las instituciones han girado alrededor de los alumnos” (p.69) ya sea por decisiones administrativas o porque durante mucho tiempo se privilegió la enseñanza sobre el aprendizaje.
Referencias:
Bates, A.W. and Poole, G. (2003). Effective Teaching with Technology in Higher Education. San Francisco: Jossey-Bass.
Fullan G. M. & Stiegelbauer. (2000) El cambio educativo. Guía de planeación para maestros. México:Trillas.
Lozano Rodríguez, A. & Burgos Aguilar, V. (2007) (Comp.). Tecnología educativa: en un modelo de educación a distancia centrado en la persona. Distrito Federal, México: Limusa.

Opinión:

Las lecturas me han parecido no solo interesantes sino enriquecedoras porque creo que ahora estamos inmersos en un mundo donde la tecnología es parte de nuestra vida cotidiana y existe una presión importante en las instituciones educativas para incorporarla. Sin embargo, considero que no siempre se hace atendiendo a las necesidades de aprendizaje de nuestros alumnos y no hemos reflexionado en qué contextos, para qué objetivos de aprendizaje resulta apropiada su incorporación y qué habilidades, competencias y aptitudes necesitamos tanto los profesores como los alumnos para lograr los objetivos planteados.

Estas lecturas me han aportado de nuevo las razones por las que podemos poner en la misma posición la educación presencial y la educación a distancia. Además de que combinando de manera adecuada la instrucción presencial con sistemas educativos de entrega de educación a distancia (blended learning) nos ofrece un amplio abanico de posibilidades de aprendizaje a la medida de las necesidades del alumno.